La traducción al castellano sería algo así como “financiamiento de multitudes o financiamiento colectivo”. Sin embargo, en la práctica es mucho más que esta definición porque el crowdfunding otorga la posibilidad de obtener recursos económicos a través de distintas plataformas online usadas para el financiamiento de un proyecto determinado o una necesidad.
Por ejemplo, un diseñador tiene como idea fabricar una campera, pero para que esa idea se pueda llevar a cabo necesita contar con una determinada inversión y así comprar las máquinas, realizar estudios de mercado y hacer una campaña publicitaria; entre otros gastos. Si esta persona no cuenta con fondos propios para esta inversión ni tampoco puede acceder a un crédito a través de un banco, podría presentar su proyecto ante las múltiples plataformas online de inversión colectiva que hoy existen y que se dedican a conectar con los potenciales inversores a los que tienen las ideas.